Wednesday, September 15, 2010

Reckoner - Radiohead live from the basement

Reckoner

... 3 años después de "In Rainbows", sigo sintiendo que esta es de las mejores canciones que he escuchado. Ohh, dios... la melodía de la guitarra, sencilla, elemental, pero profunda y expresiva; la percusión que llena todos los espacios... en fin.

Reckoner
You can't take it with you
Dancing for your pleasure
You are not to blame for
Bittersweet distractor
Dare not speak its name
Dedicated to all you
all human beings
Because we separate like ripples on a blank shore (in rainbows)
Because we separate like ripples on a blank shore (in rainbows)
Reckoner
Take me with you
Dedicated to all you all human beings

Thursday, August 26, 2010

Andrés Gutiérrez de la Vega, andaluz, llegó a Cartagena desde Sevilla en 1740 y algo, por lo que tengo entendido. Según la clase de hoy -y ello ya lo sabía yo-, y las observaciones físicas que X. hiciera frente a la foto de mi abuelo (un poquito menos judío el señor, dijo ella), es posible que don Andrés fuera un judío converso...

Ahora, dudo que el señor Gutiérrez dejase de mezclarse, ya con americanos, ya con mestizos. Así que, según la clase de hoy, no tengo dieciseisavos de sangre española...

Además, al parecer, no existe en mi familia antigua un mecanismo de blanqueamiento. Es curioso: bastaría con que un tatarabuelo mío hubiese sido gobernante en algún nivel.

Sunday, August 08, 2010

... tender and sweet.


So, they where talking about strange food. Particulary about some kind of odd sausage made of rice and chicken blood, stuffed into a chicken neck, crowned with it's dead head.



She hated that.




But, he said that he used to eat it... suck the bird's eyes, break it's skull and drain that little brain. It even wasn't a matter of acquired taste: he really liked it.




Listen to how he enjoyed that akward dish made her sick. She asked him to stop.


Then he asked:

-well, hadn't you found some odd liking, something that to the general public seems bad, but that you really love and couldn't stop eating?


-hum- she answered - ... you know, i like you a lot. That will do.








Sunday, August 01, 2010

The warmth company


They were together, holding themselves to the warm complexion of their skins, one against the other, in the middle of a cold, freezing night. He said to her:


-I'm happy. I was reading last night about something a jazzist used to scream when he ended a wonderful performance. He used to say that someone should shoot him while he's happy.


Then, he asked her if she, knowing that he was that happy, would do him the favor of shoot his brains out.


-Yes, I would. She said.


- Well, but, what would you do with the huge mess, the blood, guts and bone splinters spilled all over the place?? He asked right away.


She answered:


-I shurely won't clean it up. It would be disgusting. I prefer to shoot myself right here, by your side.





Friday, May 14, 2010

I'm not a thief. I swear.

Esta es la primera vez que escribo en mi blog desde mi lugar de trabajo.
Sí, en efecto, estoy robándole a mi empleador, al Estado, quien en este momento me paga por dedicarme a escribir boberías en mi ventana de inocua exhibición. Le robo su tiempo y le robo su presupuesto en múltiples maneras: uso su computador para redactar esto, su red informática para publicarlo, sus espacios físicos, la energía eléctrica...
En fin. Pero, tristemente para mí, no soy la mala persona que quisiera ser. Hago esto porque un resfriado me ha bloqueado en términos jurídicos, porque el mismo resfriado me obliga a volver pronto a casa y porque, al tener que salir pronto (10 minutos), tendré que terminar lo que estaba haciendo aquí, allá, en mi casa, en mi computador, con mi energía eléctrica, en mi tiempo de descanso y en mi espacio de tranquilidad. Aquella cuestión exagerada del temperamento de los jueces como factor relevante para sus decisiones... si de eso dependiera el pobre diablo que está en mis manos, por ahora no podría esperar nada bueno.
Happy holiday, you bastard.

Sunday, April 18, 2010

Un asunto importante

Our lady of Guadalupe parish' cemetery, Newton Grove, N.C., Jan. 2010.

Preguntaba a alguien si, al igual que yo, había pensado qué cosas deberían ocurrir en su funeral. Al parecer es algo que todo el mundo hace; pero hay diferencias en los detalles, en la importancia de algunas cosas sobre otras... qué se yo, alguien pensará en la iglesia, otro en la cantidad de dolientes, las flores, el discurso y cuantos harán discurso, si será funeral de Estado, et cétera. Para mí, como para muchos, supongo, lo importante es alguna canción que debería escucharse al terminar la ceremonia, o al momento de bajar el féretro (o cremarlo, depende de la preferencia del cliente). ¡Algo que le rompa el alma a los presentes! que les haga decir cuánto querían al muerto, y hablar bien del muerto, porque aunque todo muerto fue un gran tipo mientras dura el entierro, no sobra un poco de drama auditivo.



Desde que tengo memoria en relación con esa frívola preocupación -que parte de un supuesto improbable como lo es poder presenciar, desde algún otro plano, las propias exequias, para poder explayarme con el dolor que los demás muestran por mi partida, y felicitarme por mi buen gusto musical-, siempre he ido cambiando esa canción. Ya podría armar una compilación de 60 minutos: "música para el funeral de D.". Pensándolo bien, serviría para escuchar en un viaje por carretera.



El tema hace evidente que tengo poco que escribir. En lugar de estudiar para un parcial algo complicado que tengo el lunes decido quemar tiempo de madrugada comentando boberías. Igual solo quisiera dejar constancia de haber encontrado la canción perfecta para mi funeral (que espero sea en mucho, mucho tiempo, ya en una futurista sociedad de autos voladores, ya en un panorama tipo Mad Max, ya en un país en el que, gracias al calentamiento global, la costa atlántica quede cerca de Barrancabermeja, o algo así). Además, informo que tengo plena certeza frente a que dicha canción ha de cambiar pronto, como siempre lo ha hecho.





"My body is a cage, that keeps me from dancing with the one i love, but my mind holds the key; you're standing next to me, my mind holds the key;

Set my spirit free, set my body free."

Saturday, March 27, 2010

En plan rutinario


No es fácil aceptar que siempre se hace lo mismo. Tampoco lo es reconocer que hacerlo es suficiente, satisfactorio. En una sociedad cada vez más acostumbrada a relacionar el éxito personal con qué tantos suelos distintos se han pisado, o qué tantas fotografías de actividades ultrafantásticas pueden tenerse, o de qué tan lejos proviene tu educación -para establecer si tu desarrollo profesional es serio o no-, y en la que se supone que cada vez más personas tienen acceso a esas posibilidades, aceptarse a sí mismo como una persona a la que no le importa que cierta inveterada rutina (que no involucra más que estar encerrado en una casa y eventualmente salir a la aglomeración poblacional cercana para aprovisionarse) se posicione como su único destino vacacional es francamente complicado.


Claro. Dirían algunos que eso es normal: que lo anormal es, justamente, la actividad nueva y exótica, pues en principio todo el mundo sigue parámetros de rutina en todo lo que hace parte del devenir de su vida. Pero ante esto respondo que la búsqueda de escapes de la rutina demuestra que quien recurre a ella simplemente no soporta su rutina, y en tal sentido no podría afirmar, sin mentir, que la necesidad de huir de las penurias de la vida cotidiana puede suplirse a través de la perpetuación de rutinas.

Siendo franco, diría que amo profundamente la rutina. Ésta otorga verdadera satisfacción personal a través de la construcción de ámbitos de seguridad relativa. Por ejemplo, no se cuestionará si la cama en la que tendrá que dormir el viajero rutinario es o no es cómoda, o si los posaderos son o no personas honestas; no se llegará a la heladería, al bar o al restaurante pensando que te atenderán como pre-ciudadano, que te servirán porquería y que te cobrarán de manera inversamente proporcional; no se comprará -bueno, bajará- un álbum de cierto grupo ya conocido por el rutinario, esperando que sea aburrido, plano, incoherente o carente de gracia.

Ahora, no quiero decir con esto que la gracia de ser rutinario implica una constante de invariabilidad, una realidad mecánicamente planeada. Obviamente no existe tal cosa, y por ello señalé que la seguridad del rutinario es relativa. Puede que la cama haya sido cambiada, que el posadero muriera antes de arribar el viajero, que el bueno y conocido establecimiento comercial cambie de administración, que la banda favorita se pifie en el último EP. Pero ello, sin duda, representa un riesgo mínimo frente al que corre aquél arriesgado, moderno e imaginario personaje que quiere vivir nuevas experiencias con base en la improvisación.

Digo imaginario porque difícilmente podría un aventurero del siglo XXI decir que hace cosas completamente nuevas e inseguras. Si hay casos, ellos son excepciones a la regla. Lo cierto es que, en estos días, todo aquello que se hace está acompañado de un serio estudio de seguridad. Si no lo creen, pregúntense por qué el gobierno y la godarria dominante del país deben hacer campañas publicitarias en las que se anuncia a escandinavos, franceses, americanos (del país que se llama “América”) y demás ciudadanos de primer mundo que están buscando un nuevo y apasionante destino, que el único riesgo que corren en este endemoniado suelo es “querer quedarse”.

En fin. Hoy repito mi rutina favorita: volver a mi hogar, encerrarme en mi casa de infancia, leer, ver películas y disfrutar del bucólico paisaje –además de salir ocasionalmente a buscar provisiones-. En el camino, hacia las 5:40 a.m., el sol naciente enrojecido, opacado por la niebla del altiplano boyacense, me dio la bienvenida. Al final de cuentas mi rutina es vivir mi vida de la manera más independiente posible.